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Por: L.I. Carlos Bernal Cresencio.
Cronista Municipal
Desde que recuerdo haya por los años 80’s, jugábamos y corríamos en las calles sin tanto carro, es más las motos y moto taxis … ni se sabía nada al respecto, las personas con quien se convivía de manera cotidiana, como los abuelos, los papás, hermanos, primos y los vecinos de la cuadra lo que recuerdo, nos comunicábamos en español, rara vez los abuelos nos decían cosas en nahuatl, esto de hablar español parecía ser algo tan cotidiano como respirar, sin embargo con el paso del tiempo… no fue tan así, no sabían, ni sabíamos que tanto nos podía cambiar.
El 21 de febrero de 1952 en Bangladesh jóvenes estudiantes universitarios y dirigentes políticos se convocaron a una marcha en contra del estado por imponer el “urdú” como lengua oficial, exigían el reconocimiento y el derecho de mantener su identidad y pensamiento a través de su lengua el “bengalí” y la no adopción de ideologías externas. El estado respondió con brutalidad para dispersarlos, matando a muchos manifestantes. Estas imposiciones han llevado al genocidio de los pueblos originarios al no haber forma de expresarse a través de lo propio.
Este 2025 se cumplen un cuarto de siglo de conmemorar como fecha oficial el 21 de febrero Día Internacional de la Lengua Materna, aprobada por la UNESCO en 1999 y celebrada por primera vez en todo el mundo en el año 2000.
Xoxocotla, es una comunidad perteneciente al pueblo nahua y como tal era una comunidad donde la lengua materna predominante era el nahuatl. Allá por los años 60´s la población en su mayoría mantenía su lengua, y también en una minoría había hablantes del español o castellano.
En la información del censo de esa década no está reflejado claramente ya que pertenecíamos a Puente de Ixtla, se puede encontrar lo siguiente; personas que hablan únicamente la lengua indígena 0 y personas que hablan español e indígena 2,364. Sin embargo, sabemos que nuestros bisabuelos hablaban únicamente el mexicano, así ellos le decían.
Ellos, si aún los recuerdan, cuentan que la actividad del pueblo era predominantemente agrícola, todos dedicados a la producción de su campo o de otros con grandes extensiones de tierra como los morales de Puente de Ixtla, con quiénes trabajaban muchas familias del pueblo.
Al llevar a vender sus productos, como jitomate, cebolla, tomate, chile entre otros, transportados en animales de carga al mercado de Jojutla, donde era y ha sido el municipio con mayor impulso como metrópoli en la zona sur del estado de Morelos, eran discriminados por no hablar español; aquí es un punto relevante que fractura y marca una temporalidad de cambios que tienen y tendrán un gran impacto hacía la comunidad, donde comienza a morir una lengua materna.
Nuestros bisabuelos, deciden con buena intensión, que su gente no siguiera maltratada, al no saberse expresar en una lengua que era desconocida por no ser propia, una lengua que quedaba corta al pensamiento de nuestra cosmovisión y adicionalmente no sabían escribirla, ni leerla, se agudizaba aún más esa discriminación.
Todavía recuerdo a mi abuelo y a mis padres contar, como las personas se burlaban de ellos o de otros paisanos del pueblo, de no entender el significado de las palabras, pronunciarlas mal o hasta tomar el transporte que no los llevaba a donde ellos requerían porque no sabían leer, y la personas solo atendía a decir ¡allí dice a donde va! ¿qué no lo ves? Por esta razón decían, tengo que aprender a leer y a escribir para no pasar vergüenza y mucho menos mis hijos.
Lo que impacta es, no comienzan a leer ni a escribir en su lengua, si no, una que se impone por todos lados que ellos recorren para sacar el sustento para la familia.
Este es, otro momento relevante en la perdida de la lengua, se apuesta por comenzar a adoptar el español como lengua oficial, una lengua que se impone no solo en lugares de trabajo, sino también en la educación que formará a las siguientes generaciones.
En el censo de los años 90’s la población del municipio de 5 años o más que habla nahuatl es 2,873 y la población que habla español 2,513; prácticamente la mitad de la población en todo el municipio. Se puede apreciar según los datos, ya no quedan personas en la localidad que solo hablen nahuatl.
Para esta fecha los maestros de las escuelas en su mayoría, no eran de la localidad y se realizaba como método de enseñanza en todos los grados académicos el español, se había consolidado la imposición en la mente de estas generaciones como su primera lengua de comunicación, quedando en segundo lugar el nahualt, quizá ni lo pensaban porque incluso hasta los abuelos lo habían aprendido y esa era la forma de comunicación en el pueblo; solo entre las personas grandes como se dice por acá, se comunicaban en nahuatl, o con la pareja y no te dejaban escuchar para no aprender; por esta fecha todavía se podía ver en el zócalo, sentados en las jardineras o en las bancas a grupos de señores riendo y platicando en su legua, sí el nahatl. Esa que nos enseñaron a negar, que no era importante como el inglés, esa que con el paso del tiempo nos dijeron, deberías aprender por que sí no, esto se va a perder; pero que si preguntabas como se dice esta frase o palabra respondían, “la verdad ya no lo recuerdo”, “casi ya no lo hablo se me está olvidando”, “como no tengo con quién hablar y no lo practico se me olvidan las palabras”.
Las familias hacían todo lo posible por que los hijos estudiaran, se prepararan y “fueran alguien en la vida”, así escuchabas decir a los abuelos, a los padres y sobre todo en el ámbito escolar, “estudien o terminaran de campesinos” trabajando en el campo o de albañiles, ¿eso quieres? Frases que se escuchaban cuando te hacían un llamado de atención o regaño, como si el oficio lejos de ser digno fuera de lo más despreciable.
Tal era, la discriminación hacía nuestra gente que aun podemos escuchar relatos de paisanas y paisanos, que salían a estudiar y decir ser de otra localidad, incluso otros, pagar su pasaje a otro lugar que no fuera a Xoxocotla.
De esta manera, estas generaciones no solo no tenían la intensión de aprender la lengua nahuatl, si no que se sumó ir dejando otros modos de convivencia comunitaria, el abandono al campo, el trabajo colaborativo, maneras colectivas en la toma de decisión y se abandonó la forma propia de pensamiento se dio paso a otras como el individualismo y el cambio de actividad económica como los servicios.
Con el inicio del nuevo siglo el año 2000, a donde uno estuviera, estudiara, trabajara; todo el tiempo era comunicarse en español. En estas generaciones solo queda en su imaginario o como parte histórica que en el pueblo se hablaba nahuatl. Las personas ahora se sorprenden escuchar platicar a las señoras y a los niños de Cuentepec, cuando vienen a la localidad o mientras van en el transporte público.
Se ha agudizado aún más con la enseñanza del inglés en las escuelas, se incluye en los planes de estudio, hasta en el preescolar los niños se aprenden los números y los colores, pero no se sabe ni nahuatl, ni español, ni inglés. Hay una crisis de identidad al no tener ningún idioma a profundidad con el cual expresarse.
Frente a la adversidad, se hacen intentos por recuperarla, maestros de la comunidad que aún pueden hablar, dan talleres para su aprendizaje, no hay claridad del por qué aprender, no se siente propia por que se ve difícil, pero sobre todo para no ser discriminado por eso se abandona.
Las personas mayores dicen que no se pierda, pero ahora es complicado y existe desinterés, por otro lado, les cuesta trabajo hacer la transmisión, sí les ofreces la oportunidad de enseñanza, atienden a decir yo no soy maestro no sé cómo.
En fecha más actual, la población ha crecido, tenemos profesionistas, sin embargo, como se enunció en un principio los efectos que trajo con sigo la discriminación, muchos de ellos no se asumen como indígenas, no sienten arraigo aunque sean de un pueblo originario, pueden escucharse frases como, ya dejamos de ser indígenas ya nos hemos superado, por eso estudiamos.
Por otro lado, aún sigue marcada la discriminación hacia nuestra localidad, hacia nuestras paisanas y paisanos, que salen a ganarse su día a día por medio de un trabajo honesto, como las señoras que salen a placear vendiendo distintos productos, suelen decirles marías y todavía existen personas que te preguntan, ¿a poco tu eres de Xoxo? Es que no hablas como ellos, no hablas cantadito, pero de una forma despectiva y no como una manera de hacer visible un acento distinto por hablar nahuatl.
Somos hijos de padres que se les negó aprender su lengua materna y con ello ejercer su pensamiento y forma de organización o relación en comunidad), pero ahora también somos esta generación que a todos lados que uno vaya en Morelos, te preguntan ¿de dónde eres? De Xoxocotla, ¿y hablas, nahuatl? ¿y por qué ya no lo hablas? es muy bonito, deberían de rescatarla, no dejarla morir. Y no está demás mencionar, también se recibe discriminación por parte de los nahua-hablantes, sin reconocer la historia que a nosotros nos hizo “perder el idioma” te tratan con desdén por no saber el privilegio de que sus pueblos no fueron tan acosados como el nuestro.
Para hacer frente a la extinción de la lengua, falta trabajo sobre la recuperación de la identidad, a través de la memoria histórica para sentir el orgullo, ese que nos distingue de los demás, que hace único al xocolteko, un pueblo que ha sido resiliente en diferentes momentos de su historia.
Conocer por que somos un pueblo aguerrido y que aquí no se hace lo que se quiere solo porque sí, sí beneficia de manera particular o a unos cuantos no son usos y costumbres, recobrar la forma de toma de decisión y pensamiento colectivo.
Que aún existe parte del pensamiento indígena que nos permitiría recuperar la lengua materna, que se manifiesta por ejemplo en lugares sagrados, cerros; muchas palabras que usamos en nuestro cotidiano, tiendas, negocios, moto taxis, nombres de calles y lo que falte, escritos en nahatl lo pasamos desapercibido.
Trabajar tanto que no exista otra cosa más que hablar de lo bello y grandioso que es nuestro territorio, parar de venderlo ya que sabemos que es un espacio ganado con la sangre de nuestros ancestros, esos que dieron inicio a este pueblo llamado Xoxocotla allá en Pueblo Viejo, y cuando nos pregunten ¿de dónde eres? respondamos con voz fuerte, firme y con orgullo ¡Nehua ni Xogote!